Tantra Song.

Tomando como referencia la insólita colección de pinturas tántricas del S. XVII que logra compilar el poeta francés Franck André Jamme, las imágenes, que representan 4 espacios de un palacio antiguo hinduista, son intervenidas con diferentes “yantras” o instrumentos tántricos que se usaban antiguamente para facilitar la concentración. Eran en la mayor parte representados por figuras geométricas minimalistas que a la vez estaban cargadas de un profundo simbolismo, pero su principal propósito era ejercer como “drishtis” o puntos de atención en los que se descansa la mirada para redirigirla hacia el interior.  De acuerdo a estas pinturas abstractas y anónimas cuya esencia logró suprimir cualquier definición de ego, el arte era meramente funcional, pues era únicamente el medio para lograr alcanzar elevados canales de consciencia y llegar a la meditación. 

A través de estas imágenes de un espacio lejano que únicamente perdura en la memoria, se busca revivir la materialidad de la experiencia y regresar al momento presente cuestionando si el espacio arquitectónico tangible y el instrumento del yantra, juegan o no un papel importante dentro de un proceso contemplativo que en realidad sucede dentro de nosotros.

La propuesta de instalación está pensada para que se coloquen las 4 fotografías sobre un espacio conformado por 4 muros que invariablemente crearán un espacio central interior, haciendo alusión al eco análogo que existe entre el espacio sagrado que percibo con mis sentidos corpóreos,  y el espacio interior sublime; de esta manera y a través de un razonamiento en el que se genera un fenómeno tipo espejo, la intención es propiciar la concentración, redirigiendo la atención hacia el interior y por lo tanto convirtiendo el espacio intangible en “la obra” misma.